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La salud financiera de una empresa es, en pocas palabras, la piedra angular de su éxito y sostenibilidad. En Colombia, donde el contexto económico presenta múltiples desafíos, asegurar una gestión financiera sólida se convierte en una prioridad para cualquier empresa.
Conocer la situación financiera de un negocio no solo te permite prevenir problemas, sino también detectar oportunidades de crecimiento. Este artículo tiene como objetivo guiarte en la identificación, análisis y fortalecimiento de la salud financiera de tu empresa.
Es la capacidad que tiene la organización de cumplir con obligaciones, generar ganancias y crecer en el tiempo. En términos simples, es el equivalente a evaluar el estado físico de una persona; implica revisar cada aspecto financiero y garantizar que esté en condiciones óptimas.
Una compañía financieramente saludable cuenta con suficiente liquidez para pagar sus deudas, no está excesivamente endeudada, mantiene una rentabilidad aceptable y opera de manera eficiente. Para ello, la legislación colombiana ofrece lineamientos claros: las empresas deben llevar una contabilidad organizada y detallada, cumpliendo con la Ley 1314 de 2009, que regula las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF).
Estas normas establecen pautas para la presentación de estados financieros y la transparencia en la información, elementos clave, a la hora de evaluar correctamente la salud financiera.
La salud financiera se mide a través de diferentes indicadores, cada uno con su propósito específico. En Colombia, de acuerdo con las normas NIIF, es fundamental que estos indicadores se calculen con precisión, usando datos actualizados y confiables. Veamos los más importantes.
Dan cuenta de la capacidad de la empresa para cubrir sus obligaciones a corto plazo. Los más comunes son:
Razón corriente: compara los activos corrientes con los pasivos corrientes. Una razón superior a 1 indica que la empresa tiene suficiente activo circulante para cubrir sus deudas inmediatas.
Prueba ácida: excluye los inventarios de los activos, considerando solo el efectivo y las cuentas por cobrar. Este indicador es útil para saber si la empresa puede pagar sus deudas sin vender sus inventarios.
Muestran hasta qué punto una empresa depende del financiamiento externo, es decir, de las fuentes de financiación. Los principales indicadores son:
Razón de endeudamiento: mide el porcentaje de activos financiados por deudas. Si dicha razón es demasiado alta puede indicar que la entidad tiene una carga de deuda elevada, trayendo riesgos si la rentabilidad no es suficiente para cubrir los intereses.
Cobertura de intereses: refleja la capacidad de la compañía para cubrir sus gastos de intereses. Este indicador es especialmente relevante para evaluar la sostenibilidad del endeudamiento.
Los indicadores de rentabilidad reflejan la capacidad de la empresa para generar beneficios, por ejemplo:
Margen de ganancia neta: representa la utilidad neta en proporción a las ventas totales. Este indicador muestra la eficiencia de la empresa en la generación de beneficios tras deducir todos sus gastos.
Retorno sobre los activos (ROA): indica la rentabilidad que la empresa obtiene sobre sus activos, es decir, cuánto beneficio genera cada peso invertido en activos.
Retorno sobre el patrimonio (ROE): muestra el beneficio generado por cada peso invertido por los accionistas.
Los indicadores de eficiencia miden la eficacia de la empresa en el uso de sus activos. Algunos ejemplos son:
Rotación de inventarios: muestra cuántas veces se venden y reemplazan los inventarios en un período determinado.
Rotación de cuentas por cobrar: mide la rapidez con la que la empresa cobra sus cuentas. Una rotación alta significa que la empresa recupera rápidamente su dinero invertido en cuentas por cobrar, lo cual es favorable.
Para realizar una revisión exhaustiva de la salud financiera de tu negocio, es fundamental que sigas ciertos pasos. Aquí presentamos un checklist práctico:
Evaluar la salud financiera de una empresa puede ser una tarea compleja sin el apoyo de herramientas contables adecuadas. En Colombia, el uso de software contable se ha vuelto indispensable para mejorar la precisión y eficiencia en el manejo de datos financieros.
El software de contabilidad es la columna vertebral de una buena gestión financiera. Soluciones como Siigo, que opera bajo las normativas del Estado, permiten llevar un control en tiempo real de los ingresos, gastos y otros datos contables.
Al emplear un sistema digital, se facilitan tareas como la generación automática de informes, el cálculo de ratios financieros, la proyección de flujos de efectivo y el cumplimiento con los requisitos legales en cuanto a facturación y contabilidad.
Además, muchas de estas herramientas ofrecen la posibilidad de integrarse con otros sistemas y automatizar procesos contables, optimizando el tiempo y reduciendo el margen de error.
En un entorno económico como el colombiano, donde la estabilidad no siempre está garantizada, invertir en la revisión periódica de la salud financiera se convierte en una necesidad.
¿Estás listo para dar el siguiente paso? Asegúrate de evaluar cada uno de estos aspectos y, si es posible, invierte en herramientas y asesoría profesional. La claridad en tus finanzas no solo te permitirá anticipar problemas, sino también capitalizar oportunidades que quizá no habías visto. Recuerda, la salud financiera no es un estado que se alcance una sola vez, sino un proceso constante que garantiza que tu empresa siga avanzando, sólida y estable, en el largo plazo.
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